Contexto

 

El año 2015 y ante la crisis ambiental y los efectos de la rápida urbanización y las enormes desigualdades sociales y económicas, Naciones Unidas reacciona, y los estados miembros dan el visto bueno unánime a una agenda global con el año 2030 como horizonte, y con 17 ODS como ejes estructurantes, La Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. El compromiso de los estados es alinear las políticas con los ODS y establecer las regulaciones necesarias para conseguirlo.
El año 2016, y derivado del ODS 11, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó en Quito, Ecuador, el documento final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo sostenible (Hábitat III), que incluye la Nueva Agenda Urbana, documento estratégico conceptual que marca la pauta de las políticas urbanas de los estados miembros de la ONU. Para implementarlas se plantea un desarrollo en cascada de lo global hasta lo local. El mecanismo para llevarlo a cabo es que los países y las regiones elaboren sus propias agendas urbanas.

 

Bajo este marco global, prácticamente a la vez y en paralelo, Europa desarrolla su agenda urbana, y con posterioridad lo hacen el Estado español con la Agenda Urbana Española aprobada el 2019, y Cataluña con La Agenda de los pueblos y ciudades. Cataluña 2050, aprobada el 2022, configurando el marco estratégico próximo de las políticas urbanas integradas a nuestro país.

Los objetivos y las prioridades de todos estos documentos son prácticamente compartidos en todos los casos y constituyen la base de las políticas urbanas a escala global y local. Los temas son comunes en la mayoría de escalas, y en todos los casos se trabajan desde una perspectiva transversal.